Hace 15 años, un gato negro flaco y asustado llegó a nuestras vidas en un rincón de Almería. Lo alimentamos… y nunca más estuvimos solos. Decenas más llegaron con él. Desde entonces, cada noche, sin faltar una sola, los cuidamos.

Como la diosa egipcia Bastet, protectora de los gatos, aprendimos que los gatos negros no traen mala suerte: traen mensajes, misterio y fortaleza.
Por eso están en nuestras joyas.
Son nuestro símbolo. Nuestro legado.

Tras 15 años de rescates, la mayoría encontraron hogar.
Hoy solo quedan dos:
Las Guardianas Finales, que siguen viniendo cada noche.

Mientras esperan una familia, tú puedes ayudar con cada joya.

Como el Kintsugi, que transforma las grietas en arte, nosotros honramos la historia detrás de cada piedra, cada diseño, cada cliente . Y así como los gatos negros han sido testigos de nuestra evolución, también simbolizan el alma de ANIF JOYAS.